El Cristo de la Expiración y María Santísima del Valle regresaron en la noche de ayer a la ermita de San Telmo, después de haber permanecido una semana en la iglesia de Santo Domingo en el marco de la celebración del 425 aniversario fundacional de su cofradía. A diferencia de lo que ocurriera el pasado sábado -cuando la hermandad quiso hacer un guiño a su propio pasado- tanto el Cristo de la Expiración como la Virgen del Valle se presentaron ayer en la calle tal cual suelen hacerlo en la jornada del Viernes Santo. De este modo, la cofradía recuperó su propio presente como mejor homenaje posible a quienes durante más de cuatro siglos han contribuido a su evolución estética y formal.
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